De lejos

El problema de todas mis soluciones
murió en el Mediterráneo.
Un día saltó con la mirada
y al suelo sólo llegó un trozo de risa,
volvió por el caminito de siempre,
se rió con una herida tan ajena
que era lo único que tenía,
se ahogó en un desierto de franela
y despertó con un ruido blanco
atravesando el globo de sus luces.
La sed de todas mis fuentes
murió en el Mediterráneo.
Una noche se desdijo de su sangre
y se le cayeron los tuétanos
como se desprende un velo,
el aire le acarició las costuras,
se entregó al perfecto espectáculo
del mármol y el alma,
dejó su cueva y se extirpó las raíces
como quien quita la nata.

Mi mundo murió en el Mediterráneo,
mi ilusión viste de luto.

 

P.D: Y sin embargo se mueve.